En el Mercado de Abasto de Limpio, la arquitectura es secundaria


Se ha habilitado días pasados el primer Mercado de Abasto privado en la ciudad de Limpio, una importante inversión privada que traerá muchos beneficios a los pobladores y comerciantes de la zona, los mercados de abasto son un motor económico muy importante de las ciudades, donde se realizan intercambios comerciales muy sustanciales a un muy buen precio.

El mercado de abasto de Limpio emplazado mediante una tipología de cuadrícula donde 5 galpones de importantes dimensiones se multiplican equidistantemente, bajo un sistema constructivo de vigas, pilares, mampostería y una estructura metálica para sostener la cubierta liviana de chapa y cenefas, se levantan sobre una base aplanada de piedra y cemento los 5 galpones insípidos.

Probablemente este mercado se convertirá en un hito fundamental para el crecimiento de esta ciudad, además de ayudar a desahogar el otro mercado de abasto municipal de nuestra capital, tan contaminado por el alto tráfico y los cuellos de botella que se generan diariamente en la zona, punto favorable.

Si bien no hay una tipología modelo que resuelva todos los problemas funcionales que se realizan en un mercado de abasto, se podría haber proyectado con mayor profundidad que unos simples contenedores inconexos.

El mercado de abasto de Limpio no aporta ningún valor a la arquitectura y por ende a la función a la cual está destinado, si investigamos los diferentes mercados de abasto de Latinoamérica para no ir muy lejos, se dan 2 constantes habitualmente, una urbana: como pívot fundamental entre el productor del campo y el consumidor de la ciudad, y otra edilicia, el rápido crecimiento que desarrollan.

En cuanto a la primer constante, el emplazamiento es acertado, ya que la ciudad de Limpio está en el límite de las conurbaciones menos densas conectadas con la capital y se conecta con la ruta transchaco importante vía conectora entre el campo y la ciudad, (hilando un poco más fino, la implantación responde también a un eje comercial que el empresario está tratando de desarrollar), por otro lado, la forma como se implanta no es la mejor para la zona, ya que colabora con el embotellamiento por su ingreso sobre ruta.

En segundo lugar, como dijimos anteriormente, consecuente es la situación de crecimiento de dichos mercados, que al parecer no fue consiente al proyectarse el mercado de Limpio, pese a que el Sr. Zucolillo publicara en su empresa de comunicación, que posee 5 has más para su ampliación.

Acá se nos presenta una discusión interesante, sabiendo que el precio de la tierra en Paraguay debe ser de los más bajos del Conosur , dos interrogantes: 

¿La solución arquitectónica de ocupación óptima del terreno queda subordinada a la holgura del bajo precio de la tierra?

¿No sería más ético con la naturaleza y con el futuro de la ciudad, y por la experiencia acumulada, aprovechar cada m2 de tierra?

Un proyecto de esta envergadura se debería haber explorado desde la experiencia y desde el problema urbano que se ve reflejado en la mayoría de las ciudades latinoamericanas, la expansión desordenada y los nudos circulatorios. La respuesta de dicha exploración debería haber arrojado resultados de un abordaje proyectual diferente, un proyecto que se formule desde un prototipo que se multiplica y crece en horizontal y vertical, manteniendo las conexiones circulatorias fundamentales para el buen desempeño de las actividades comerciales, y aprovechando al máximo el terreno.

Dejando de lado la arquitectura del espectáculo, hablamos de un proyecto con un componente funcional muy importante, y de una calidad de espacios preponderante para mantener el orden y la pulcritud del ambiente. Un proyecto de esta envergadura e importancia no debería haberse ahogado en un galpón parcelado, un proyecto de esta envergadura, valga la redundancia, debería ser resultado de un concurso de arquitectura.

Como dijo mi profesor Conrado Pintos, “que oportunidad se perdieron estos locos”.

Es fundamental que pensemos los proyectos a futuro, utilizando los m2 necesarios para realizar las actividades fundamentales, y dejando de lado espacios ociosos innecesarios, reutilizar lo construido y crecer hacia adentro de las metrópolis, no seguir creciendo y ocupando los pocos territorios verdes que abrazan cálidamente las ciudades. Y por sobretodo la arquitectura debe aportar valor, no solo responder a la especulación inmobiliaria, desgracia para la arquitectura.

Espero que no se lea como un plagueo, dejen sus opiniones.

Nicolás Morales
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