El cliente ingrato, ¿cómo detectarlo?


Detectar y manejar clientes conflictivos es una habilidad esencial para arquitectos en todas las etapas de su carrera. A continuación, se presentan comportamientos de alerta y estrategias para identificar y tratar con este tipo de clientes, así como la importancia de interpretar el lenguaje corporal durante las interacciones.

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La relación entre el arquitecto y su cliente suele ser más complicada de lo que parece, algo que pocas veces se advierte durante la formación universitaria. Está influenciada por factores como la idiosincrasia, la cultura y la percepción del rol profesional. Si bien es cierto que el cliente confía al arquitecto una parte significativa de sus ahorros, esto no justifica ciertos comportamientos conflictivos, hostiles o manipuladores.

Señales de alerta para identificar clientes problemáticos:

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Algunos clientes pueden generar complicaciones en el desarrollo del proyecto. Identificar ciertas actitudes desde el inicio ayuda a prevenir conflictos y proteger el trabajo del arquitecto.

1. El cliente que quiere cambios antes de empezar a construir

Este cliente insiste en modificar el presupuesto y buscar alternativas más económicas basadas en recomendaciones informales de amigos, sin considerar que estos cambios pueden afectar la viabilidad del proyecto. Si los ajustes propuestos alteran radicalmente el anteproyecto o incluyen ampliaciones incompatibles, es señal de alerta.

2. Clientes que discuten frente al arquitecto

Aquellos que exponen sus conflictos personales en la oficina del arquitecto, buscando su complicidad, suelen ser propensos a modificar el proyecto repetidamente durante la construcción sin intención de pagar por esos cambios. Su obra puede terminar siendo un conjunto desordenado de modificaciones sin coherencia.

3. El cliente prepotente

Si un cliente no respeta a su pareja, difícilmente respetará al arquitecto. La falta de consideración por otros es una señal clara de una relación laboral difícil. En estos casos, puede ser recomendable limitarse a la etapa de diseño y evitar la construcción.

4. El cliente que vende ilusiones futuras

Este tipo de cliente es difícil de detectar al principio, ya que suele ser entusiasta, persuasivo y lleno de ideas aparentemente atractivas. Sin embargo, detrás de su actitud carismática puede esconderse una intención de evadir responsabilidades económicas. Es fundamental trabajar siempre con anticipos para evitar posibles problemas financieros.

5. El cliente que se hace el ingenuo

Este cliente habla en voz baja, aparenta ingenuidad y finge desconocimiento para solicitar rectificaciones sin intención de pagar por ellas. A menudo argumenta que no entiende el presupuesto o que solo quiere corregir «detalles mínimos». Sin embargo, buscará cualquier excusa para evitar costos adicionales.

6. El regateador

Este cliente parece comprometido con el proyecto y aprueba el presupuesto, pero al momento de entregar el adelanto plantea negociaciones inesperadas. Si, por ejemplo, se establece que el costo inicial es de 50 millones, intentará reducirlo abruptamente a 30. Quienes regatean el precio desde el inicio difícilmente pagarán el monto total acordado.

7. El cliente que solo ve el precio

Su única preocupación es el costo, sin evaluar calidad, funcionalidad o detalles del proyecto. Este tipo de cliente solo buscará descuentos y terminará contratando al profesional que le ofrezca el precio más bajo. Es recomendable dejarlo ir sin negociar más allá de lo prudente.

Interpretar el lenguaje corporal en una negociación

En Paraguay, donde el desarrollo del lenguaje no verbal es aún limitado debido a factores educativos y culturales, saber leer las señales corporales puede evitar grandes inconvenientes. En muchas ocasiones, un cliente puede expresar algo con palabras mientras su cuerpo refleja una postura opuesta.

Algunas señales clave a tener en cuenta incluyen:

  • Brazos cruzados: postura defensiva, actitud cerrada.
  • Tocar la nuca o la nariz: incomodidad o inseguridad.
  • Levantamiento de cejas: sorpresa o duda.
  • Falta de contacto visual: posible desconfianza o falta de compromiso.
  • Tocar el cabello o mirar hacia otro lado: nerviosismo o falta de interés genuino.

Aprender a interpretar estas señales facilita una negociación más clara y efectiva, permitiendo detectar posibles obstáculos antes de que se conviertan en problemas mayores.

Arq. Nicolás Morales Saravia
Arquitecto y Docente FADA UNA
Magister en E.S.U.
Consultor en Construcciones Sostenibles PYGBC
Diplomado en Urbanismo y Medio Ambiente (USAL)
Dimplomado en Patologías por Arquimétodo.
Miembro del Colegio de Arquitectos del Paraguay.
@bioconsarquitectos