La infraestructura educativa paraguaya en colapso.
A una semana del inicio del ciclo escolar, la infraestructura educativa del país vuelve a ser el centro de atención. Las denuncias sobre el estado lamentable de las escuelas no son nuevas; año tras año, la prensa documenta la precariedad de los espacios destinados a la enseñanza, con imágenes y testimonios que reflejan años de abandono y desidia.
Una herramienta digital clave ha emergido como un mecanismo de monitoreo ciudadano, aportando transparencia en la inversión educativa: FOCO, un sistema que controla los fondos del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (FONACIDE), permite visualizar qué instituciones han recibido financiamiento y cuáles siguen sin mejoras.
Según el análisis de la aplicación en las escuelas de Central, los íconos en gris representan aquellas que no han recibido ninguna inversión, mientras que los íconos celestes identifican las que sí han sido intervenidas. La imagen es reveladora: la mayoría permanece en el olvido, sin recursos para mejoras básicas.
https://foco.reaccion.org.py/app/
Aplicación sobre inversiones en educación a nivel pais, CENTRAL.
Escuela sin terminar en CDE . Fuente ABC
Escuela puerta del sol en San Antonio a medio reparar. Fuente ABC
Escuela Juana María de Lara, de General Artigas, denuncian aulas a medio refaccionar y la institución está llena de escombros. Fuente ABC
Este panorama deja en evidencia que la arquitectura educativa en Paraguay no solo enfrenta problemas estructurales, sino que el presupuesto destinado apenas alcanza para remiendos y reparaciones temporales, sin contemplar ampliaciones ni reformas que garanticen condiciones dignas para el aprendizaje. El mismo ministro de Educación lo reconoció en Twitter con el hashtag #EscuelasQueSeCaen, admitiendo públicamente la gravedad del problema.
Estrategias para mejorar la infraestructura educativa
A pesar del abandono institucional, existen estrategias para mitigar el deterioro y mejorar las condiciones de las escuelas. Algunas técnicas clave incluyen:
- Detección y reparación de fisuras y grietas, evitando la progresión de daños estructurales.
- Control de la humedad y mejoras en impermeabilización, para evitar moho, desprendimientos y problemas de salud.
- Revisión de instalaciones eléctricas y sanitarias, previniendo fallas que puedan comprometer la seguridad de estudiantes y docentes.
- Optimización de materiales y técnicas constructivas, apostando por soluciones accesibles y eficientes en mantenimiento.
- Mantenimiento regular de techos y canaletas, asegurando que los edificios sean resistentes a las condiciones climáticas.
La crisis de la infraestructura educativa en Paraguay no es solo un problema de construcción, sino de política pública. Año tras año, miles de niños inician el ciclo escolar en instituciones deterioradas, sin espacios adecuados para el aprendizaje. La inversión en educación no debe limitarse a reparaciones superficiales, sino a proyectos integrales que garanticen seguridad, comodidad y funcionalidad en las escuelas del país.
Sin voluntad política y una planificación sostenible, la deuda con la educación seguirá acumulándose, afectando no solo las condiciones físicas de las aulas, sino el futuro de toda una generación de estudiantes.
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