Parque de la Solidaridad en peligro de extinción.
Recorrer los espacios públicos de Asunción es, cada vez más, una experiencia triste. Plazas y parques, otrora lugares de encuentro y recreación, se presentan deteriorados, sucios e inseguros, víctimas del abandono que, tarde o temprano, termina por sellar su destino.
La degradación sistemática de los espacios colectivos en ciudades con estructuras de gestión duales no es un fenómeno aislado. Es una estrategia recurrente dentro de ciertas corrientes neoliberales que, al dejar que lo público se deteriore, justifican su privatización. Ejemplos en la capital paraguaya abundan: el Parque Guasú, el Botánico ya perdió la mitad de sus hectáreas, y muchas plazas que fueron cedidas o absorbidas sin resistencia suficiente.
El Parque de la Solidaridad es otro caso alarmante. Durante años, sus seis hectáreas de espacio público han sido progresivamente olvidadas, a pesar de su ubicación privilegiada como mirador natural hacia la bahía de Asunción. En una primera avanzada, se instaló una planta de ESSAP que cerró el acceso ciudadano sin mayores protestas. Ahora, se busca trasladar a familias damnificadas que han ocupado plazas céntricas, lo que ha generado resistencia entre los vecinos, quienes mantienen una vigilia permanente para evitar la ocupación.
¿Cómo revitalizar los espacios públicos alejados?
La clave está en la activación urbana a través de actividades y programas que generen sentido de pertenencia. Así como el Museo de Ciencias Interactivas (MUCI) ha intentado dinamizar el Jardín Botánico—otro espacio que enfrenta un deterioro preocupante—el Parque de la Solidaridad necesita un proyecto convocante que transforme su uso y resignifique su valor.
El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) tiene proyectado construir estacionamientos en el área, lo cual supone una oportunidad perdida para devolverle su carácter público de manera activa y culturalmente enriquecedora. En su lugar, se debería promover un Concurso de Anteproyectos para dotar al parque de infraestructura que genere interés ciudadano: un Museo de Biología Marina, un Centro Cultural de carácter naval, un Acuario del Río Paraguay, o cualquier equipamiento que fomente la apropiación del espacio, el crecimiento cultural y la integración de la ciudad con su río.
Las referencias internacionales están disponibles y demuestran que la activación cultural de los parques es una estrategia efectiva para su preservación. No es necesario inventar la rueda, sino aprender de experiencias vecinas y adaptar sus éxitos al contexto asunceno.
El deterioro de los espacios públicos en Asunción no es solo una consecuencia del descuido, sino también un reflejo de una estrategia que permite su privatización. El Parque de la Solidaridad aún tiene la posibilidad de evitar ese destino, pero requiere una intervención urgente que lo rescate del olvido. La solución no está en convertirlo en una zona de estacionamiento, sino en fortalecer su rol comunitario con proyectos que convoquen, eduquen y generen sentido de pertenencia. La participación ciudadana y la presión sobre las autoridades serán claves para evitar que esta historia se repita.
Ejemplos de parques restaurados con actividades convocantes:
Arq. Nicolás Morales Saravia
Arquitecto y Docente FADA UNA
Magister en E.S.U.
Consultor en Construcciones Sostenibles PYGBC
Diplomado en Urbanismo y Medio Ambiente (USAL)
Dimplomado en Patologías por Arquimétodo.
Miembro del Colegio de Arquitectos del Paraguay.
@bioconsarquitectos
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