Mas Arquitectura menos Real Estate. (27 de diciembre Día Internacional de la Preparación ante las Epidemias).
El 27 de diciembre se conmemora el Día Internacional de la Preparación ante las Epidemias, establecido por la Asamblea General de la ONU para destacar la relevancia de la prevención y la respuesta coordinada ante crisis sanitarias. Más allá del ámbito de la salud, las epidemias han sido determinantes en la evolución de nuestras ciudades, moldeando la planificación urbana y redefiniendo la relación entre arquitectura y bienestar.
Epidemias y su impacto en el urbanismo
Desde la peste negra del siglo XIV, que diezmó más del 40 % de la población europea, hasta el cólera en Londres y Barcelona, las crisis sanitarias han impulsado intervenciones urbanas que han cambiado la configuración de las ciudades.
El plan de Haussmann en París, bajo la dirección de Napoleón III, transformó la ciudad medieval al abrir grandes avenidas, erradicando asentamientos y mercados precarios, y estableciendo parques, acueductos y normativas estéticas para un tejido urbano más higiénico. De manera similar, Londres debió sanear el Támesis tras la epidemia de cólera, mientras que en Barcelona, Ildefonso Cerdá implementó un diseño que rompió el cerco amurallado, mejorando la ventilación y circulación urbana.
En América Latina, estos principios higienistas también influyeron en el desarrollo de las ciudades. Sin embargo, a medida que el mercado inmobiliario ganó protagonismo, la arquitectura perdió su enfoque social y ambiental.
La pandemia y el retorno a la buena arquitectura
Las pandemias han evidenciado que la arquitectura no puede ser dictada únicamente por el mercado. Mientras el real estate prioriza acabados superficiales y la rentabilidad inmediata, el urbanismo debe centrarse en la calidad de vida.
El filósofo Byung-Chul Han, en La salvación de lo bello, advierte sobre la estética contemporánea basada en lo pulido, liso e impecable, una arquitectura que brilla pero no emociona, que minimiza el confort para maximizar la eficiencia comercial.
Tras la pandemia, se ha demostrado que las ciudades deben ofrecer espacios saludables, naturales y resilientes. Las terminaciones pulcras no compensan la falta de bienestar psicológico y físico. En este sentido, es urgente actualizar ciertos criterios arquitectónicos y normativas.
Elementos clave para una arquitectura más saludable
- Balcones y terrazas: La experiencia del confinamiento reveló la importancia de contar con espacios de conexión con el exterior. Las normativas deben exigir balcones en cada unidad habitacional, replanteando normas obsoletas como el Art. 294, que solo permite vuelos de 1,20 m.
- Iluminación y ventilación: La ventilación deficiente afecta la salud y puede favorecer la transmisión de enfermedades. Aunque el Art. 318 del reglamento de construcción paraguayo exige ventilación directa, no establece parámetros mínimos, lo que deja margen para soluciones ineficaces.
- Materiales y confort ambiental: La proliferación de materiales prefabricados y brillantes es consecuencia del sistema económico, pero la arquitectura debe priorizar espacios que sanen, que armonicen con la naturaleza y que fomenten la reflexión.
- Flexibilidad espacial: Desde 1924, la Casa Rietveld de Schröder demostró que los espacios modificables mediante paneles corredizos optimizan el uso. La arquitectura debe integrar esta flexibilidad para responder a diversas necesidades.
Re-humanizar la arquitectura
Parafraseando a Louis Sullivan, si en el funcionalismo la forma sigue a la función, hoy debemos reconocer que la forma sigue a la higiene. No se trata de replicar la naturaleza, sino de entender sus ciclos y minimizar el impacto ambiental.
El sector de la construcción representa el 50 % de los residuos y el 38 % de las emisiones de CO₂ a nivel mundial (GlobalABC, ONU), lo que evidencia la urgencia de repensar materiales, procesos y estrategias urbanas.
La pandemia no solo reveló la necesidad de espacios abiertos y bien ventilados, sino que expuso la importancia psicológica del contacto social y con la naturaleza. Para evitar que la arquitectura siga respondiendo exclusivamente a las reglas del mercado, es necesario actualizar las normativas urbanas y garantizar que las viviendas y ciudades sean lugares de bienestar.
Arq. Nicolás Morales Saravia
Arquitecto y Docente FADA UNA
Magister en E.S.U.
Consultor en Construcciones Sostenibles PYGBC
Diplomado en Urbanismo y Medio Ambiente (USAL)
Dimplomado en Patologías por Arquimétodo.
Miembro del Colegio de Arquitectos del Paraguay.
@bioconsarquitectos
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