La arquitectura de Pindú en el marco de la arquitectura del siglo XX


Una mirada crítica a la arquitectura de Pindú nos induce a reflexionar sobre los parámetros de la arquitectura universal vigentes durante el período de su creación arquitectónica (1972-1992), los cuales –a su vez– habrán de ser contextualizados desde una visión retrospectiva de la arquitectura del siglo pasado.

Desde los inicios del siglo XX, el “mundo” estuvo dominado por el ímpetu renovador de una “nueva arquitectura” que, con el detonante de las llamadas “vanguardias figurativas”, se diseminó con diferentes aristas y líneas de conceptualización. El conjunto de “ismos”, de sumo interés por sus variados enfoques, fue finalmente asimilado y absorbido por el llamado “Movimiento Moderno” (M.M. de la arquitectura).

Este movimiento hegemónico de sesgo “racionalista” y que pretendía una “objetividad” pseudo-científica, preconizaba el “funcionalismo” estricto y propulsaba la tecnología del Primer Mundo con carácter universal. Con el mismo ímpetu, el M.M. predicaba una firme descontextualización del “lugar” y, consecuentemente, manifestaba un acentuado menosprecio por las tradiciones y peculiaridades de las “otras culturas”. La inventiva subjetiva y la inspiración emocional también fueron menoscabadas, y la vivienda como “máquina de habitar” fue el emblema supremo de su prédica.

Pasaron los años y estos afanes, en alguna medida, se fueron debilitando. A partir de los ’50, el Movimiento Moderno fue eclipsado por nuevos patrones que objetaron el imperioso afán universalista de la “Modernidad”. Y así fue como, en la segunda mitad del siglo XX, con ímpetu de cambio y renovados valores, aparecieron nuevas corrientes arquitectónicas. De entre ellas, la llamada “Posmodernidad” de la arquitectura, a la que le cupo un lugar destacado por su trascendencia. Se puede considerar a esta corriente de renovación como una potente respuesta que intentó cuestionar los rígidos principios del M.M. Por supuesto, hubo otros.

La arquitectura en el Paraguay

En el Paraguay de la época de Pindú, tales controversias arquitectónicas no tuvieron cabida. Con la creación de la Facultad de Arquitectura de la UNA, la arquitectura disciplina hizo su aparición oficial en 1957. La nueva casa de estudios configuró su currículum académico ciñéndose al modelo curricular de la Facultad de Arquitectura de Montevideo, que era de neto corte “racionalista” y afín a los principios del M.M. de la arquitectura.

Dentro de ese espíritu “modernista” emergieron los noveles arquitectos paraguayos, quienes con sumo entusiasmo renovador acometieron contra una tradicional y anodina “arquitectura paraguaya”. El ímpetu progresista que propulsó la construcción de la represa hidroeléctrica de Itaipú se conjugó con el espíritu de “paz y progreso” que caracterizó a la dictadura de aquel entonces. El Paraguay se alineaba en la tónica de la “modernidad” y los arquitectos paraguayos se adhirieron a sus principios.

La arquitectura de Pindú , sin embargo, no se plegó a los principios programáticos y formales de aquella “modernidad”. Su condición de artista plástico prevaleció como una constante en toda su creación arquitectónica y sus fueros de escultor y dibujante consumado permanecieron invariables en su labor de arquitecto.

Su arquitectura siempre tuvo el beneplácito de los propietarios que acudían a él. Y los rasgos característicos de su identidad creativa, tanto en la plástica como en la arquitectura fueron festejados con entusiasmo y fervor de parte de sus admiradores. Cada arquitectura suya era el resultado de una búsqueda o, como suele decirse, siempre proponía un “encuentro” con la novedad de sus propuestas creativas.

Sin embargo, por razones que aún no están suficientemente claras, su arquitectura tuvo poco predicamento en las reflexiones académicas de la Facultad de Arquitectura y, en algunas ocasiones, también su obra fue menoscabada. Pindú no adhería a las “arquitectura al uso” y, con ese descrédito, fácilmente se lo catalogaba de “formalista”. Pero, ¿a qué se debe esto?

El interesante estudio sobre arquitectura paraguaya realizado por Julio Diarte y Claudia Fleitas fue publicado en el año 2018 con el título de ARQ-MOD-PY – Una exploración de la arquitectura de Paraguay entre 1948 y 1985 con énfasis en arquitectura moderna. Se trata de una investigación bastante exhaustiva de lo acontecido con la arquitectura paraguaya de ese período. En sus páginas no aparece ninguna referencia sobre la arquitectura de Pindú, y ello da la pauta del alejamiento de la creación de Pindú de los principios de la arquitectura moderna.

Una posmodernidad ignorada

El título de estas reflexiones hace referencia a una “posmodernidad ignorada”. Es probable que en el universo de Pindú tampoco haya tenido cabida una adhesión a la “posmodernidad” tal como corrientemente se la considera; quizás, porque su autonomía creativa lo alejaba de las catalogaciones al uso.

Superada la primera mitad del siglo XX, los propulsores posmodernos intentaron recuperar algunos principios que la “Modernidad” hubo ignorado e intentaron rescatar el espíritu emblemático de la arquitectura. La propuesta de Robert Venturi de recobrar el concepto “ancestral” de la vivienda los alentaba a volver a pensar en la casa como una “casa”. Esto se contraponía a la idea del M.M. de la arquitectura de la “casa” como “máquina de habitar”, y que se configura como una “caja neutral”, y sin considerar el paradigma universal instalado en el inconsciente colectivo con el del concepto de “casa” como casa.

La arquitectura de Pindú, en términos generales y con sus variantes estilísticas, jamás eludió el concepto “arquetípico de una casa” que las culturas del mundo, en sus devenires y territorialidades, hizo prevalecer como modelo de genealogía universal de la vivienda. Sin embargo, la “Posmodernidad” de Pindú no adhirió a las consignas universales de las arquitecturas formales del mundo. Su arquitectura reflejaba un afán diferente de configurar el espacio del habitar con la elocuencia de una expresividad de genética elocuencia escultórica y de un espíritu artístico-espacial.

Es importante consignar que este enfoque de la arquitectura de Pindú no agota el vasto panorama de su creación arquitectónica y que se pueden observar otros, enfoques en paralelo, para establecer nuevos parámetros para la comprensión integral de su obra. A modo de ejemplo, se puede poner como referencia a la corriente del “expresionismo” de inicios del siglo XX, cuyo exponente más significativo sería el edificio Nautilus (1989), que será objeto de otras reflexiones.

* Aníbal Cardozo Ocampo es arquitecto, profesor titular de crítica arquitectónica, miembro del Colegio de Arquitectos y de la Asociación Internacional de Críticos de Arte