El impacto de construcciones sin supervisión Profesional.


La explosión de un pozo ciego en un barrio de Ciudad del Este dejando a una persona gravemente herida, es una problemática que persiste desde hace décadas y aún no ha sido resuelta. Nuestra profesión, es una de las pocas en las que personas sin formación pueden ejercer. Esto no sucede en medicina, abogacía, ingeniería, ni en ciencia en general.

Así como la ausencia de una red de desagüe pluvial provoca inundaciones y raudales mortales, la falta de una infraestructura pública de desagüe cloacal o alcantarillado sanitario en la mayoría del territorio urbano ha resultado en graves consecuencias. A excepción de Asunción, donde la cobertura es mayor, el resto de las ciudades apenas cuentan con cobertura pública, entre un 80% y un 90% de los hogares utilizan pozos ciegos y algunos sin cámara séptica.

La ausencia de supervisión profesional:

La sociedad en general tiende a confundir arquitectura y construcción, asumiendo erróneamente que se trata simplemente de colocar un ladrillo sobre otro, lo cual ocasiona graves problemas. Esto ha generado una situación de competencia desleal que abarca prácticas antiéticas desde hace décadas, con serias desventajas para los arquitectos y resultados trágicos, como los que vemos a diario en la ciudad.

Las construcciones nuevas presentan una gran cantidad de patologías: fisuras, grietas, humedad, hongos y desprendimientos, además de tener calidades espaciales, materiales y estructurales decadentes. Estas construcciones son ineficientes desde todo punto de vista y no contribuyen al bienestar de las personas ni a la cultura, y mucho menos a la arquitectura.

Así como la comida rápida significó prescindir del chef o del experto en cocina, porque ya no es necesario, para esto están las máquinas; con la vivienda y la ciudad sucede algo similar. Ya no se considera necesario el arquitecto, el urbanista, el geógrafo, el sociólogo y cualquier otro profesional que entienda el impacto social, ambiental y urbano de las construcciones.

Cada día vemos más empresas en Paraguay que se aventuran a construir sin arquitectos ni ingenieros. Incluso edificios en altura quedan en manos de contratistas sin supervisión ni fiscalización por parte de municipalidades desbordadas, sin profesionales cualificados en trabajo de campo. Personas sin conocimientos sólidos se aventuran en el negocio inmobiliario, guiadas únicamente por rentabilidades económicas.

Saltarse el proceso proyectual entre la teoría y la práctica en la arquitectura significa prescindir de siglos de conocimiento acumulado sobre una amplia gama de aspectos que influyen en el diseño y la construcción de espacios habitables y significativos para la sociedad.

¿Qué dice el reglamento de construcción?

El reglamento de construcción de la Municipalidad de Asunción N° 26.104, que rige a todas las municipalidades en caso de no contar con uno, especifica las medidas y las distancias correspondientes de líneas municipales, construcciones y fuentes de agua. En ningún caso una construcción deberá estar en la vereda o espacio público.

El problema principal:

La ausencia de una red pública de desagüe cloacal o alcantarillado sanitario en casi todo el territorio urbano, salvo en Asunción, es el principal problema. En Asunción, el 87,0 % de los hogares cuentan con este sistema, seguido por Central con un 35%, Itapúa con un 19,3%, Boquerón con un 14%, Ñembucú con un 12%, y el resto de los hogares utilizan sistemas de pozo ciego con o sin cámara séptica. No hay datos precisos sobre la ubicación de estos pozos ciegos ni sobre si tienen respiradero de gas metano, lo que representa un riesgo potencial.

El segundo problema:

El 75% de las aguas residuales domésticas de la ciudad de Asunción son recolectadas por sistemas de alcantarillado que terminan vertiendo las mismas a los cursos de agua, como el río Paraguay, sin ningún tipo de tratamiento. El resto, que utiliza pozo ciego, contamina las napas freáticas y acuíferos. Se estima que el 71% del área urbana que se encuentra sobre el acuífero Patiño presenta un riesgo de contaminación total de coliformes (NOGUES, 2019).

Actualmente, el boom inmobiliario es una tendencia que, si bien es beneficiosa para el país, atrae a oportunistas inescrupulosos que intentan ganar dinero rápido construyendo sin rigor y de forma económica para luego vender a precios elevados sin ofrecer garantías. La creciente tendencia a prescindir de profesionales cualificados está en aumento, lo que ha llevado a una proliferación de construcciones defectuosas y peligrosas.

Esperemos que en el futuro no ocurran más catástrofes debido a la falta de contratación de profesionales con el propósito de ahorrar dinero.

FELIZ DÍA DEL ARQUITECTO PARAGUAYO/A