Las muertes por accidentes de tránsito son evitables, menos viaductos, más transporte público.
Paraguay enfrenta una crisis de movilidad que trasciende el plano individual y se manifiesta como un problema estructural con consecuencias letales. Los accidentes de tránsito siguen siendo la quinta causa de muerte en el país, según el Observatorio Vial de la Agencia Nacional de Tránsito y Seguridad Vial (ANTSV).
La muerte de un médico anoche no fue un hecho fortuito, sino una expresión más de un modelo urbano colapsado. En lugar de seguir invirtiendo en soluciones obsoletas como autopistas o viaductos para vehículos particulares, Paraguay necesita invertir en un sistema de movilidad integral, con enfoque en el transporte público, la sostenibilidad y la equidad territorial.
Los datos que evidencian un colapso de Asunción y el AMA.
- Entre 3 y 4 personas mueren cada día en accidentes de tránsito, de acuerdo con la Agencia Nacional de Tránsito y Seguridad Vial (ANTSV).
- Motociclistas y exceso de velocidad son responsables de más del 70% de los siniestros, y los hombres constituyen el 77% de las víctimas.
- El impacto económico es grave, las pérdidas por accidentes representan alrededor del 3% del PIB nacional, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Cada accidentado grave le cuesta al estado entre 200 y 300 millones de Gs. según declaraciones de médicos.
La infraestructura vial del país agrava este panorama. En Asunción, por ejemplo, el 5,7% de los accidentes fatales se relacionan directamente con baches, falta de señalización y deficiencias técnicas.
La ausencia de transporte público induce al riesgo.
A menudo, el discurso oficial atribuye la alta siniestralidad a la “imprudencia del conductor”. Sin embargo, las causas estructurales son más profundas. Nuestra infraestructura es obsoleta e insegura, pavimentos deteriorados, ausencia de mantenimiento, señalización inexistente y sobre todo la ausencia de alternativas de transporte público y movilidad.
El modelo de movilidad centrado en el automóvil debe cambiar. En el Área Metropolitana de Asunción (AMA), el 57,4% de la población depende de vehículos privados según el INE, en un parque automotor que supera el 1,1 millones de unidades para 2,3 millones de habitantes. Esta desproporción genera congestión, violencia vial y externalidades negativas en salud y medio ambiente.
El Transporte público está en estado crítico, la falta de cobertura en zonas poco densas, buses anticuados, rutas redundantes y la falta de una red integrada han empujado a miles de ciudadanos hacia alternativas más riesgosas como las motocicletas, exponiéndolos a un sistema sin garantías mínimas de seguridad.
TransMilenio contribuyó a una disminución del 40% en las muertes.
En Bogotá, la introducción del sistema TransMilenio contribuyó a una disminución del 40% en las muertes por accidentes de tránsito en sus primeros años de operación. Por su parte, Curitiba, con su sistema de Bus Rapid Transit (BRT), experimentó una notable reducción en la siniestralidad vial, atribuido a la eficiencia y seguridad del transporte público implementado.
El transporte público como eje estratégico de reducción de siniestros
La evidencia internacional es concluyente: ciudades que invierten en transporte público de calidad logran reducir hasta un 30% los accidentes de tránsito, según la UITP (Asociación Internacional de Transporte Público). En Paraguay, esta transformación podría evitar centenares de muertes anuales. Las claves son:
- Descongestionar mediante transporte colectivo eficiente: Sistemas confiables, puntuales y de alta capacidad permiten disminuir drásticamente el uso del automóvil particular.
- Inversión en modos seguros y sostenibles: La electrificación del transporte, ciclovías protegidas y calles peatonales no solo reducen siniestros, sino que mejoran la calidad del aire y la salud urbana.
- Gestión inteligente del tránsito: La implementación de semáforos sincronizados, cámaras de fiscalización, sensores de flujo y normativas estrictas, como la «tolerancia cero» al alcohol, son medidas que ya han demostrado eficacia en países vecinos.
Se debe ejecutar ya el Plan de Movilidad del AMA-KOICA 2024, dicho plan plantea la reorganización de líneas de buses, líneas BRT, líneas LTR, construcción de corredores exclusivos y centros de integración modal o sub terminales de intercambio.
Así como, establecer límites de antigüedad (10 años como máximo) y avanzar en un cronograma de reconversión eléctrica de buses y taxis. Además, de la construcción de veredas amplias y continuas, pasos peatonales elevados, ciclovías segregadas y refugios cubiertos en puntos críticos, especialmente en zonas escolares y centros sanitarios.
El 85% de los accidentes viales se concentran en Asunción y su área metropolitana, ignorar esta realidad es perpetuar un sistema que no solo mata, sino que excluye. La movilidad segura debe ser reconocida como un derecho básico y un componente esencial para el desarrollo económico y social del país.
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