La falta de creatividad e incapacidad del MOPC finiquitan el Metrobús.


En tiempos de COVID-19, aprovechando la cuarentena y la disminución del tráfico, han decidido eliminar el agonizante Metrobus. Es más cómodo liquidarlo que intentar salvarlo. Paraguay no aprende.

Es desgarrador ver estas imágenes del desmantelamiento de un proyecto de infraestructura tan esencial como la salud y la educación. El transporte público es un pilar fundamental en una ciudad que se ahoga en su propia arrogancia, diluida por los interminables tiempos de viaje que afectan a todos: ricos y pobres, nadie escapa del tráfico, como nadie ha escapado del COVID-19.

¿Cuánto se ha estudiado sobre esto? ¿Cuántos ejemplos de regeneración urbana existen? ¿Cuántos proyectos exitosos de rehabilitación de infraestructuras han demostrado su impacto en la calidad de vida, el medio ambiente y la salud de los ciudadanos? Podríamos convertirnos en una ciudad viva, saludable, pero parece que solo se comprende cuando las imágenes hablan por sí solas.

Esta pandemia no ha sido suficiente para que Paraguay aprenda, ni lo será. Quizás otros países encuentren alguna lección en la crisis, pero aquí todo seguirá igual: un sistema de salud precario, mercantilizado como la educación, donde quien pueda pagar sobrevive y el resto se las arregla como pueda. La ecología y el medio ambiente seguirán siendo ignorados, los ríos continuarán su descenso, y la contaminación retomará su curso una vez que la vida laboral se reactive.

Paraguay no aprenderá.

Así como los políticos no han logrado mostrarse como verdaderos estadistas, incapaces de desarrollar una mínima visión para mejorar un país desgastado por la inmediatez y el egoísmo de los oportunistas de turno, esta pandemia no servirá de lección para mejorar la infraestructura pública.

Pobre Asunción. Creció de manera torpe, sin un guía que le trazara un camino ni le planificara un futuro digno. Ahora que tiene la oportunidad de levantar cabeza y reinventarse—porque no hay mal que por bien no venga—los irresponsables de siempre se encargan de hundirla aún más.

El mundo reconvirtiendo sus infraestructuras para el peatón: