Asunción y la anarquía.


Las plazas Juan E. O’Leary, de la Libertad, de la Democracia, además de la calle Palma están en vías de convertirse en “mercados persas” debido a la invasión de vendedores ambulantes. El desorden es culpa de la desidia municipal en Asunción

Los puestos irregulares ocupan la mayor parte de la vereda en la calle Palma, que debería ser un paseo tradicional y bello para los turistas y asuncenos. La misma invasión ocurre en las cuatro plazas céntricas que lejos de ofrecer tranquilidad y un encuentro con la naturaleza, significan una preocupación para quienes eligen sentarse en sus bancos. Estos son atosigados por vendedores que obligan a que se compren sus mercaderías.

Comidas hechas sin estar bajo ninguna norma sanitaria, baratijas, productos ilegales y otros son ofertados bajo la mirada de las autoridades. Además, estos representan una competencia desleal, ya que los demás comercios que sí pagan impuestos se ven afectados.

El recientemente nombrado director de Vigilancia de la Municipalidad de Asunción, Jorge Peña, prometió que se formalizará a la mayor cantidad posible y que en varios casos será necesario el traslado a otros lugares. Lo cierto es que hace años, ninguna autoridad ha logrado nada.

Explicó que se encuentran en un proceso de censo, ya que hay varios que están abonando cánones a la Comuna. Sin embargo, se refirió únicamente a los “legales”, no así a los que venden productos irregulares, como réplicas ilegales de carteras, cedés piratas y ropa de dudosa procedencia.

Explicó que es el Ministerio de Industria y Comercio (MIC) el que realizará el trabajo en coordinación con la comuna, en lo que respecta a la piratería existente.

Aclaró que los vendedores ambulantes, los que están abonando canon y los que no, solo pueden estar si el frentista lo autoriza.

Asimismo, sobre los que se dedican a la venta de comidas, añadió que deberán gestionar permisos que tienen que ver con la salubridad, además de cumplir con los requisitos medioambientales.