Casas Pareadas Jardines.
Autor: Arq. Marlene Ortiz, Arq. Florencia Fernández, Arq. Fernanda GaricocheProfesión: Arquitecto/aProyectista: El mismo que el autorCliente: NNConstrucción a cargo: ConstructoraCiudad/Departamento: Fernando de la Mora, ParaguayFotografo/Render: Idea / Resumen: Fotografías: Renato Duria
En un barrio próximo al área cívica de Fernando de la Mora, ciudad consecutiva a Asunción, un terreno vacante de 50 m x 23 m con árboles adultos, arroja sombras muy preciadas para el sitio. El pedido de configurar 8 viviendas unifamiliares se suma al desafío de sostener los árboles.
Volver a la sabiduría ancestral, donde la línea entre el afuera y el adentro se difumina y el jardín se concibe en la continuidad de los espacios cotidianos, ¿o es al revés? El planteo de jardines intrínsecos a la vivienda y el estrecho ancho (6.60 m) para cada unidad, determinan la estructura que cualificará, condicionará y posibilitará el habitar. La luz natural se entremete en los espacios y la ventilación los llena de frescura.
Finalmente, 3 patios van alternándose y dando lugar a las estancias sociales en planta baja, mientras que en planta alta, los dormitorios se organizan aprovechando sus bondades. La continuidad espacial se extiende a lo largo y ancho de todo el terreno. La estructura plantea la liberación de la misma al retirar los pilares a los linderos.
Abrir completamente los cerramientos del patio central, termina de configurar la integración del jardín con la vivienda. La sala se maximiza a la par de integrarse con la cocina y el comedor. La continuidad con el patio posterior proporciona comodidades y optimiza la función de los elementos que vienen en torno al asado. Se duplica el espacio culinario, se unifica el comedor y el patio armando una gran sala, un gran comedor. Mientras que arriba, los espacios más introvertidos continúan enlazados con el árbol, disfrutando de las vistas, la luz natural y las brisas.
En un barrio próximo al área cívica de Fernando de la Mora, ciudad consecutiva a Asunción, un terreno vacante de 50 m x 23 m con árboles adultos, arroja sombras muy preciadas para el sitio. El pedido de configurar 8 viviendas unifamiliares se suma al desafío de sostener los árboles.
Volver a la sabiduría ancestral, donde la línea entre el afuera y el adentro se difumina y el jardín se concibe en la continuidad de los espacios cotidianos, ¿o es al revés? El planteo de jardines intrínsecos a la vivienda y el estrecho ancho (6.60 m) para cada unidad, determinan la estructura que cualificará, condicionará y posibilitará el habitar. La luz natural se entremete en los espacios y la ventilación los llena de frescura.
Finalmente, 3 patios van alternándose y dando lugar a las estancias sociales en planta baja, mientras que en planta alta, los dormitorios se organizan aprovechando sus bondades. La continuidad espacial se extiende a lo largo y ancho de todo el terreno. La estructura plantea la liberación de la misma al retirar los pilares a los linderos.
Abrir completamente los cerramientos del patio central, termina de configurar la integración del jardín con la vivienda. La sala se maximiza a la par de integrarse con la cocina y el comedor. La continuidad con el patio posterior proporciona comodidades y optimiza la función de los elementos que vienen en torno al asado. Se duplica el espacio culinario, se unifica el comedor y el patio armando una gran sala, un gran comedor. Mientras que arriba, los espacios más introvertidos continúan enlazados con el árbol, disfrutando de las vistas, la luz natural y las brisas.