Counseling IPF
Autor: Sebastian DomaniczkyProfesión: Arquitecto/aProyectista: El mismo que el autorColaboradores: “El Counseling Instituto para la Familia, es una consultora jurídico psicológica que integra a otras disciplinas como la sociología, la economía, el planeamiento y la organización estratégica poniéndolo al servicio de la familia en donde la misma se sostiene: el amor y el dinero. Trabaja desde la interdisciplina con sus emociones y haciendo que la ley se ponga al servicio de la familia. En el Counseling también se aborda la ruptura marital ayudando a que los divorcios se vuelvan benignos. Para el Counseling cada familia es única y por lo tanto hacemos que todas se sientan en casa.”Construcción a cargo: Sebastian DomaniczkyCiudad/Departamento: Asunción/ParaguayIdea / Resumen: Desde su concepción, el objetivo fue la creación de espacios que posibiliten los distintos tipos de interacción entre personas que mediante la conversación debaten, se conocen, intercambian ideas buscando el beneficio mutuo. Se propuso abordar espacios de esta cualidad mediante la arquitectura, como una herramienta que tiene como función principal facilitar el encuentro entre las personas y también, contribuir directamente al bienestar psicológico de sus ocupantes.
El edificio se sitúa en un terreno ubicado en torno al centro histórico de Asunción, el cual inicialmente funcionaba como barrio residencial. La dinámica de la ciudad generó una transformación de usos, que por consiguiente, edificios de uso residencial pasaron a ser principalmente oficinas, generando así una problemática de reestructuración que sería resuelta mediante la arquitectura.
Una típica vivienda paraguaya en cuanto a su distribución y su materialidad, que informalmente fue reacondicionada para nuevos usos, que provocaron la negación de relación espacial del edificio con los jardines ubicados en su entorno. De arboles locales de gran porte cuya belleza fue uno de los fundamentos principales de la implantación de la intervención en la vivienda original.
El espacio reducido fue una condicionante, por lo que se decidió que la respuesta arquitectónica debía ser clara: Se procedió solamente a la demolición de una parte del edificio que bloqueaba la relación con el jardín y se decidió edificar un bloque nuevo de 56 m2 por encima del edificio existente. Un edificio abierto, transparente, capaz de generar sombra y controlar el acceso de luz. Construido en hormigón armado por su capacidad plástica, resistencia, de buena inercia estructural y de fácil manipulación para la mano de obra local.
La estructura comprende el desplazamiento de las cargas de su centro de gravedad, encontrando así la geometría que le permite despegarse del suelo y vincularse con su entorno.
El resultado fue que se logró concretar que el espacio intimo permita ser versátil, que pueda equiparse de diferentes maneras y estar preparado para distintos usos (sala de exposición, sala de reuniones, talleres), un espacio en donde cada familia pueda sentirse única. Se logró generar el espacio intermedio, espacio de sombra que resguarda de las altas temperaturas; espacio de estancia por excelencia y por tradición. Lugar de encuentro, almuerzos, ocio, relajación, interacción.
Una arquitectura que evoluciona con quienes la habitan y mediante ella, como medio de respuesta a necesidades espaciales, mejorando y transformando radicalmente la calidad de las oficinas existentes. Se consolida, por sobre todo, el espacio arquitectónico antiguo, creando espacios nuevos que satisfacen necesidades actuales y que logran que el conjunto quede integrado al contexto existente. Construimos el “lugar” en donde todos las personas puedan encontrarse y compartir. Construimos el sitio donde el entorno se percibe, se siente y se usa como amigable, fraterno, que produce sombra y que produce belleza.