El declive estético y cultural de la emblemática ciudad de San Bernardino.
En la última década, San Bernardino, principal ciudad turística de Paraguay, enfrenta una problemática que amenaza su identidad y esencia. La rápida urbanización y la proliferación caótica de comercios están transformado el paisaje urbano característico, causando una ciudad genérica, desordenada y estéticamente desafiante.
Este fenómeno refleja la tendencia de la policentralidad, un cambio en las jerarquías territoriales que impacta a las ciudades desde la década de los 70/80. La metropolización del territorio, impulsada por la descentralización industrial, el automóvil y los avances tecnológicos, han contribuido a una dispersión urbana caótica y fragmentada, agravada por la falta de ejecución de planes territoriales y urbanos.
San Bernardino en Transformación
San Bernardino, reconocida por su belleza natural y atractivo turístico cuenca del Lago de Ypacaraí, se ve amenazada por una rápida urbanización desordenada. El crecimiento caótico de comercios, ocupando veredas y ensuciando el entorno con cartelerías, especialmente en el acceso desde la Ruta 2, está convirtiendo el paisaje urbano característico por otro paisaje genérico, anárquico y discordante, predominante en la mayoría de ciudades paraguayas.
La metapolización del territorio, según François Ascher, describe la integración progresiva de áreas urbanas dispersas. El uso de medios de transporte rápido y de las TIC cuestiona los sistemas antiguos de centro direccional y de organización urbana radioconcéntrica. El centro geométrico de las ciudades deja de ser el lugar más accesible, sobre todo para los ciudadanos en automóvil. Así pues estamos asistiendo, especialmente en el comercio, a una multiplicación de las polaridades. (Ascher, 2009)
El desorden urbano.
El desorden urbano en San Bernardino refleja las tensiones entre la dispersión y la concentración. El surgimiento de múltiples polos de especialización, como comercios desordenados, emprendimientos inmobiliarios de gran envergadura y áreas turísticas saturadas, impacta negativamente en la cohesión social y cultural de la ciudad.
Construcciones nuevas sin retiro correcto sobre ruta San Bernardino – Altos
La rápida urbanización amenaza el atractivo turístico de San Bernardino. La proliferación caótica de comercios y la pérdida de la esencia local afectan la experiencia de visitantes y residentes. La ausencia de planificación urbana y fiscalización de emprendimientos, no solo desafía la identidad de la ciudad sino que también deteriora la calidad de vida de sus habitantes.
Un lago contaminado.
Sumado al pésimo estado de las aguas del lago de Ypacaraí, días atrás el gestor del laboratorio del MADES Fredy Pintos en entrevista por ABC advertía: “el lago no están en condiciones, son como aguas de cloaca y utilizarlas podría causar enfermedades, por eso reiteramos a la gente que no está habilitada”. Problema constante que nunca se solucionará hasta tanto no se desarrollen las plantas de tratamiento correspondientes, para que los irresponsables de ciudades vecinas no evacuen más sus desechos a los cauces que desembocan en el Lago.
La ley N° 6489 que creó la Comisión Nacional de Gestión y Manejo del Lago Ypacaraí, para la preservación, recomposición y aprovechamiento sostenible del Lago Ypacaraí, de su cuenca y su área de influencia, en adelante CONALAYPA dependiente del MOPC ¿de qué sirvió?.
El futuro de San Bernardino.
En el futuro estos problemas se verán incrementados, gracias a la promulgación de la ley 7237/2023 que fija las disposiciones y el financiamiento para la ejecución e implementación del proyecto tren de cercanías en el tramo que va desde Asunción hasta Ypacaraí. Las ciudades de la cuenca del Ypacaraí, y sobre todo San Bernardino sostendrán una urbanización acelerada, donde el control municipal deberá velar para que la ciudad no se convierta en otra ciudad genérica, ineficiente, congestionada y desordenada.
Es imperativo abordar estas problemáticas mediante políticas que integren las potencialidades locales con la inevitable conexión a los sistemas urbanos globales. San Bernardino necesita una planificación territorial que preserve su identidad, su patrimonio verde, promueva la cohesión social y mejore la calidad del espacio público. Solo así la ciudad podrá enfrentar los desafíos de la policentralidad y garantizar un futuro sostenible y atractivo para residentes y visitantes.