Boceto
Autor: Luis Alberto Elgue, Cynthia Solís PatriProfesión: Arquitecto/aProyectista: El mismo que el autorCliente: nnColaboradores: Cecilia Román, Estudio ELGUE y asociadosConstrucción a cargo: Estudio Elgue & Asociados, Ciudad/Departamento: Asunción, ParaguayIdea / Resumen: Las limitaciones presupuestarias son, en casos como en el de esta vivienda de Asunción, la condición de arranque de un proyecto basado en la austeridad. Realizado con materiales de demolición rescatados de la construcción preexistente, el edificio resuelve la ventilación de manera natural a través de sus "poros", que además, consiguen proyectar sobre suelos y paredes, particulares efectos de luz que van cambiando del día a la noche.
"En un tiempo donde todo es desechable... donde casi todo es consumo rápido y desecho, para luego volver a consumir y desechar; donde el sector de la construcción es responsable de consumir el 55% de los recursos naturales, el 40% de la energía y generar el 50% del total de los residuos del planeta...
A la cantidad de energía que se requiere para calentar hornos industriales para producir cemento, acero, cal, material cerámico, vidrio, aluminio, etc. Se le suma la cantidad de energía necesaria para la ejecución de obras, más la que se consume en edificios y finalmente la que se requiere para transportar los materiales de un continente a otro. Surge para nosotros la alternativa de la reutilización de materiales de desechos y de recuperación, como un desafío particular de expansión colectiva, como exploración de alternativas para mitigar ese impacto de daño ambiental descripto. Se produce entonces una suerte de alquimia para convertir ese material ignorado, ese escombro/estorbo, en el protagonista principal de la obra, material resucitado entre los muertos, vuelto a nacer para que vigorosamente en complicidad con la luz reescriba una historia cargada de dignidad y optimismo... A partir de este planteamiento surgen otras estrategias de ahorro energético; la utilización de poros de respiración en toda la piel horizontal y vertical de la obra a modo de troneras de ladrillos comunes huecos para toma de aire, localizados en el cuadrante de vientos dominantes para la circulación permanente del aire natural; lo que reduce el uso de aparatos de AA. Estos poros además, proyectan mosaicos de luz en el piso, según avance el día, como marcas del paso del tiempo en el espacio. De igual modo se plantean tomas de aire inferiores, con salidas en ventanas superiores, para extraer el aire caliente por convección, logrando así un efecto chimenea. Bajo los lucernarios y ventanas retractiles se proponen unas pantallas difusoras de luz natural por rebote, donde, con la ayuda del techo --color blanco se consigue luz natural homogénea por refracción doble, distribuida en el espacio, ahorrando energía en iluminación artificial durante el día. La construcción nueva debía ocupar uno de los 2 terrenos disponibles en el sitio, dejando el otro como reserva. Se contaba además con un tope presupuestario de 13.000 USD para todo el emprendimiento. El encargo es un programa mixto; vivienda y taller, a partir de la recuperación casi total de los materiales de una construcción existente muy deteriorada y sin ningún valor espacial.
Se propone entonces toda la construcción, con materiales de demolición (ladrillos, tirantes de madera, tejas, tejuelas) de vidrios templados recuperados, madera de residuos industriales, tipo palets y embalajes varios; manteniendo en pie algunas paredes en buen estado de la construcción existente. Se utiliza mano de obra de albañilería básica, con la lógica de la autoconstrucción, donde el comitente también se involucra en el proceso constructivo.
A partir de esas condicionantes planteamos la obra como si de un croquis se tratara, es decir siguiendo el trazo grueso que permitía el uso de materiales de medidas y tiempos diferentes, lo que deriva en la ausencia de la 'buena terminación'; convirtiendo el defecto en virtud, los ladrillos recuperados fueron utilizados en su totalidad sin la selección de enteros o medios, derivando en una textura potente, a partir de su lectura matérica porosa.
El conjunto se organiza con dos volúmenes elementales a un agua, dispuestos perpendicularmente hacia dos patios, dos elementos adicionados de servicio en el extremo del rectángulo y un núcleo en el centro, dentro de una piel perimetral contínua, interrumpida solo en los puntos de acceso.
Los vidrios templados de recuperación, al no poder cortarse se colocan empotrados en mamposterías y suelos, absorbiendo estos empotres las diferentes medidas de los mismos, para adaptar a los vanos; en las puertas principales se utilizan estos vidrios en bastidores metálicos pivotantes.
Las puertas y marcos se hicieron con partes de maderas de embalajes armadas en obra y las ventanas retráctiles se fabricaron de las puertas de madera existentes, en los cerramientos interiores y exteriores de los poros de ladrillos huecos se utilizaron vidrios crudos recuperados de ventanas de la demolición.
Por la actividad del taller se buscó una imagen exterior hermética, quedando la caja muraria como pantalla de proyección de sombras de árboles frondosos existentes, donde la imagen prestada a la fachada va cambiando según la sombra proyectada durante el día y estación, y donde en complicidad con la luz esa caja vibra, asumiendo con vitalidad su nueva existencia; en la noche las porosidades de la piel, bajo los efectos de la luz proyectan trazos de sombra, como si se tratara de un boceto."
Luis Alberto Elgue