Estudio Ciudad Nueva


Autor: Grupo Culata Jovai
Profesión: Arquitecto/a
Proyectista: El mismo que el autor
Cliente: NN
Colaboradores: Sebastián Blanco, Jessica Goldenberg, Miky González Merlo, Emmerick Braun, Mauri Román, Ricardo Zucarelli.
Construcción a cargo: Grupo Culata Jovai
Ciudad/Departamento: Asuncion, Paraguay
Idea / Resumen: Fotografías: Federico Cairoli

“Oír estructura y articular la experiencia y la comprensión del espacio”. (Juhani Pallasmaa – Los ojos de la piel, La arquitectura y los sentidos.)

“Todo espacio funciona como un gran instrumento”. (Peter Zumthor – Atmósferas.)

Primero construimos el silencio, luego diseñamos como suena la arquitectura.

El oído es el primer sentido que desarrollamos en el útero. Nos brinda información que abarca desde el razonamiento, el conocimiento, la percepción, la memoria, hasta lo afectivo y emocional. El sonido se percibe, no se ve ni se toca. La materia permite su existencia, viaja a través de ella, el sonido no es materia. La arquitectura es un medio de propagación del sonido. En tiempos del culto a la imagen, lo efímero, la forma por la forma, sobreestimulación visual en medios y redes, resulta atípico concebir arquitectura desde el sonido: ¿Cómo suena un edificio?, ¿Cómo suenan los materiales de construcción?, ¿Cómo influye la forma construída en la sonoridad?, ¿Cómo afecta al oído la acústica de un espacio? Un estudio de grabación puede definirse como un conjunto de aparatos tecnológicos que registran sonido con fidelidad posible para poder modificarlo y utilizarlo como materia prima de creaciones que incluyan audio (música, cine, publicidad, televisión, documentales). De esos aparatos tecnológicos (micrófonos, consolas, compresores, cableado, computadores) uno más es la arquitectura, no es solo un contenedor espacial, sino que es parte activa en el registro del audio. Manuales para construir estudios de grabación nos dan recetas de primer mundo, donde las piezas se consiguen en tiendas tipo “Walmart de audio”. Sin acceso tan directo a esos materiales y tecnologías estandarizadas, recurrimos al entendimiento de las propiedades de cada pieza y trabajamos a partir de las respuestas físicas de estas. Construimos formas y proporciones calculadas acústicamente, aprovechando propiedades de materiales comunes y económicos. Diseñamos y construimos a partir del concepto “box in a box”, es decir, una caja dentro de otra donde cada una es independiente de la otra.

La primera caja es la construcción preexistente, aprovechando lo espacial y material, muros existentes, su espesor y su masa, reutilizando material de demoliciones realizadas para adecuaciones funcionales.

La segunda caja es la sumatoria de: Pisos flotantes, muros con “formas y texturas acústicas” y cielorrasos de madera. Entre ambas cajas, se disipa y se absorbe el sonido. La irregularidad de los planos que configuran los espacios permite que las ondas sonoras viajen libres a través de la arquitectura. La madera que alguna vez fue vida posee la propiedad mística de absorber el sonido, guardarlo en sus moléculas y cargarse de energía creativa. Esa energía concentrada en el espacio se comparte y reabsorbe.

Logramos espacios con una reverberación ideal que puede ser controlada pero que no podría ser generada sin la arquitectura específica. Convertimos una antigua casa con patio del centro de Asunción en un estudio / albergue, para que el artista pueda trasladarse mentalmente a un lugar de exclusiva paz y libertad creativa.